Conoce qué es y cómo armarlo en cuatro pasos
¿Qué es un plan de continuidad de negocio?
Si bien la respuesta a esta pregunta puede ser algo intuitiva, debemos saber que cuando hablamos de un plan de continuidad de negocio (también llamado BCP, por sus siglas en inglés) nos referimos a un plan que pueda gestionar cómo una organización debe recuperarse después de una interrupción no deseada o desastre en su organización, y restaurar sus funciones críticas, parcial o totalmente interrumpidas, dentro de un tiempo predeterminado.
Es importante tener presente que este tipo de planes deben combinarse con otros planes, como los DRP (disaster recovery plan) y BCM (Business Continuity Management). Por lo general, siempre que se habla de BCP se habla también de BCM y DRP, ya que estos complementan el conjunto procedimental de acciones que deben tomarse para darle la continuidad a un negocio ante un evento no deseado, que puede ser desde un brote de un virus informático, un brote de un virus biológico, y otros peligros, como incendios, inundaciones, tornados, huracanes, terremotos y tsunamis que puedan alterar la operabilidad del negocio.
El estándar internacional para la continuidad del negocio, ISO 22301, la define como la “capacidad [de una organización] de continuar la prestación de productos o servicios en los niveles predefinidos aceptables tras incidentes de interrupción de la actividad”.
¿Para qué sirve y cuál es el objetivo de un plan de continuidad del negocio?
Sin dudas estos planes conforman una parte vital de la gestión de seguridad de sistemas de información, ya que sirven para prevenir y gestionar eventos no deseados con el objetivo de dar continuidad al negocio de la manera más eficiente y menos costosa posible.
Desafortunadamente algunas empresas deben cerrar cuando son afectadas por un desastre para el cual no estaban preparadas adecuadamente, y esto es lamentable el camino para dicha preparación está bien documentado. Cualquier empresa de cualquier tamaño puede mejorar las posibilidades de superar un incidente que amenace con interrumpir su actividad y quedar en una pieza (con la marca intacta y sin merma en los ingresos) si sigue ciertas estrategias probadas y de confianza, más allá de que desee obtener la certificación ISO 22301 o no.
Ahora que repasamos los aspectos generales, veamos cuáles son los cuatro principales pasos que debemos seguir para elaborar elaborar un plan de estas características.
¿Cómo elaborar un plan de continuidad de negocio en cuatro pasos?
1. Identifica y ordena las amenazas
Luego de identificar los productos, servicios o funciones clave para tu organización y más tarde realizar un perfil de riesgo a través de una autoevaluación utilizando el marco de las 4P: Personas, Procesos, Beneficios y Asociaciones, crea una lista de los incidentes de interrupción de la actividad que constituyan las amenazas más probables para la empresa. No uses la lista de otro, porque las amenazas varían según la ubicación. Por ejemplo, puede que una zona sea más propensa a terremotos que otra y esto es importante para establecer el orden y prioridad de las acciones.
Por otra parte, es necesario plantearse algunas preguntas: ¿qué ocurre donde se encuentra tu empresa? ¿Y qué pasa con la fuga de datos o la interrupción de la infraestructura de TI, que pueden ocurrir en cualquier parte? ¿Qué ocurre si un producto químico tóxico provoca que se cierren las instalaciones por varios días? ¿Estás ubicado cerca de una vía ferroviaria? ¿De una autopista importante? ¿Cuánto depende tu empresa de proveedores extranjeros?.
En esta etapa, una buena técnica es reunir personas de todos los departamentos en una sesión de intercambio de ideas. El objetivo de la reunión es crear una lista de escenarios ordenados por probabilidad de ocurrencia y por potencial de causar un impacto negativo.
2. Realiza un análisis del impacto en la empresa
Sin dudas necesitarás determinar qué partes de tu empresa son las más críticas para que sobreviva. Siguiendo esta línea, es importante que puedas evaluar el potencial impacto de las interrupciones para la empresa y sus trabajadores. Puedes comenzar detallando las funciones, los procesos, los empleados, los lugares y los sistemas que son críticos para el funcionamiento de la organización.
De estas tareas se ocupa generalmente el líder del proyecto y, para ello, deberá entrevistar a los empleados de cada departamento y luego elaborar una tabla de resultados que liste las funciones, las personas principales y las secundarias. Esto permitirá determinar la cantidad de “días de supervivencia” de la empresa para cada función. ¿Cuánto puede resistir la empresa sin que una función en particular provoque un impacto grave?
Luego, ordenarás el impacto de cada función en caso de que no esté disponible. Por ejemplo, Michael Miora, experto en recuperación ante desastres, sugiere utilizar una escala de 1 a 4, donde 1 = impacto crítico en las actividades operativas o pérdida fiscal, y 4 = sin impacto a corto plazo. Si luego se multiplica el Impacto por los “días de supervivencia”, se puede ver cuáles son las funciones más críticas. Al principio de la tabla quedarán las funciones con un impacto mayor y con sólo un día de supervivencia.
3. Crea un plan de respuesta y recuperación
En esta etapa deberás catalogar datos clave sobre los bienes involucrados en la realización de las funciones críticas, incluyendo sistemas de TI, personal, instalaciones, proveedores y clientes. Deberás incluir números de serie de los equipos, acuerdos de licencia, alquileres, garantías, detalles de contactos, etc.
Necesitarás determinar “a quién llamar” en cada categoría de incidente y crear un árbol de números telefónicos para que se hagan las llamadas correctas en el orden correcto. También necesitas una lista de “quién puede decir qué cosa” para controlar la interacción con los medios durante un incidente (considera quedarte con una estrategia de “sólo el CEO” si se trata de un incidente delicado).
Deberán quedar documentados todos los acuerdos vigentes para mudar las operaciones a ubicaciones e instalaciones de TI temporales, de ser necesario. No te olvides de documentar el proceso de notificación para los miembros de la empresa en su totalidad y el procedimiento de asesoramiento para clientes.
Los pasos para recuperar las operaciones principales deberían ordenarse en una secuencia donde queden explícitas las interdependencias funcionales. Cuando el plan esté listo, asegúrate de capacitar a los gerentes sobre los detalles relevantes para cada departamento, así como la importancia del plan general para sobrevivir a un incidente.
4. Prueba el plan y refina el análisis
La mayoría de los expertos en planes de continuidad de negocios recomiendan probar el plan al menos una vez al año, con ejercicios, análisis paso a paso o simulaciones. La prueba te permite sacar el mayor provecho a lo que invertiste en la creación del plan, pudiendo detectar fallas y dar cuenta de los cambios corporativos con el transcurso del tiempo, lo que sugiere que siempre conviene mantener, revisar y actualizar continuamente el plan de continuidad de la actividad.
Conclusión
No cabe duda de que estos cuatro pasos significan un enorme trabajo, pero es una tarea que las empresas ignoran bajo su propio riesgo. Si el proyecto parece demasiado desalentador para aplicar a la empresa completa, considera comenzar por unos pocos departamentos o una sola oficina, si hay varias. Todo lo que vayas aprendiendo en el proceso se podrá aplicar en mayor escala a medida que progreses. Evita a toda costa pensar que las cosas malas no suceden, porque sí lo hacen. Sólo tienes que estar preparado. Y no pretendas que cuando ocurra algo no será tan malo, porque podría serlo.
Y si bien en este articulo hemos desarrollado la estructura y los pasos a seguir para llevar a cabo la estrategia de un plan de continuidad de negocio, también puedes visitar esta guía en espapñol del INCIBE, sin dejar de mencionar que si pretendes certificar este tipo de procesos en tu organización deberás profundizar en los requisitos que demanda la ISO y como son es su puesta en práctica de manera ordena.
Referencias: ESET